Sonando: CANSADO (Heredeiros da Crus)
El segundo día se presentaba duro, iba a consistir en desayunar en el hotel y durante el resto del día perderme por Berlin hasta la hora de la cena. Me levanté, me duché y bajé al comedor (o turbina o como coño se llamara). Cogí un bol de cereales y una taza para el café. La maquina del café tenia un aspecto horrible, habia dos botones que ponia café, le di a uno de los dos al azar y empezó a caer café, queria un poquito y luego le pondria leche. Cuando llegó a la medida justa le di al boton para que se parara, la maquina no me hizo ni caso, le volvi a dar, entonces probé el otro botón de café y nada…, hasta que el café no rebosaba de la taza no me di cuenta del enorme botón de stop que habia a la derecha. Ahora tenia una taza enorme del café con la pinta más horrible que habia visto en mi vida, pero bueno, una cosa es la pinta y otra el sabor, vamos que aunque la pinta era horrible el sabor era más bien vomitivo. A base de sorbos cortos y toneladas de azucar acabé por tragarme ese engendro y me dispuse a salir a la aventura. El objetivo de hoy era visitar el Tiegarten, llegar a la iglesia del kaiser Wilhem II, pasear por la Kurfustendamm (que para mi desgracia no tenia nada que ver con la marca de cerveza Damm) y después ya veriamos.
Mi recorrido empezaba más o menos donde lo dejé el día anterior, por lo tanto fui de nuevo a la estación central, volví a cruzar el puente de los ruidos raros y cuando me dirigia al Reigstag vi lo que parecia una paloma, efectivamente me acerqué y era una paloma… ¡mutante!. Era un ave enorme, con un pico largo que daba miedo y unos ojos que preferias que no te mirasen, me alejé rapidamente del bicho temiendo, no ya su ataque, si no una posible deposición desde el aire. Fui hacía el Tiegarten que es como el Parque de la Ciudadela pero tambien a lo grande. El Tiegarten, tiene zonas que son autenticos bosques, y está lleno de pequeños lagos con patos, durante el camino también hay innumerables estatuas y monumentos…, eso si, no se acaba nunca, no se cuanto rato estuve allí dentro pero un par de horas seguro y eso que no vi ni la mitad. Caminando caminando llegué a una plaza con un monumento enorme, era igualico al de Colón sólo que sin Colón claro, estaba coronado por una tipa que debia de ser una diosa o algo así. No había por donde cruzar al monumento así que en un momento de poco tráfico pasé corriendo como pude, luego vi que había un paso subterraneo que era por donde cruzaba la gente normal (y donde ley la inscripción en castellano: "DAME PUNK Y LLAMAME TONTO"). Entré en el monumento (costaba unos 2 euros) y dentro había una especie de "Catalunya en miniatura" sólo que no era de Catalunya claro.., era un museo con monumentos a escala primero de Berlin, luego de Alemania y luego del resto de Europa (en representación de España…, yo, porque no había ni un monumento español), habiendo incluso una reproducción del mítico Valhalla (no el bar sino el cielo vikingo). Empecé a subir la escalera de caracol rodeado de grafitis, garabatos y dibujitos varios. Tras 10 minutos de subida, miré hacía arriba y no veia el final, continue subiendo durante minutos interminables y cuando ya casi no sentia las piernas conseguí llegar. Si, las vistas muy bonitas, pero a costa de quedarme sin piernas…, 4 fotos y vuelta hacia abajo. La bajada no fue tan dramática, pero dado el estado lamentable de mis piernas tras mi paseo interminable por el Tiegarten y la no menos interminable escalada, mi único deseo era llegar abajo y sentarme, lo único positivo era cruzarme con la gente que subia y ver sus caras de cansancio, pensaba "joderos cabrones, aun os queda un buen trecho". Cuando llegué al suelo, me senté en un escalón a planificar mis próximos movimientos, iria a la iglesia del Kaiser Wilhem pasando por la puerta del Zoo.
Con las piernas todavia renqueantes reanude mi marcha. Todavia quedaba un trecho de Tiegarten pero esta vez fui por la calle, al fin se acabo lo verde y llegue a la parte civilizada. Vi un letrero que ponia Wolkswagen, un concesionario pensé.., pues no, era la biblioteca universitaria que se llamaba Wolkswagen, que es como si la biblioteca de Santa Coloma se llamará "Dos Caballos". Pasé por la puerta del Zoo, no pensaba entrar, pero cuando vi los precios todavia se me quitaron más las ganas, eso si, desde fuera pude ver a algun rinoceronte, varios elefantes y algún camello, camello animal me refiero de los otros sólo vi en Praga. Continuando con mi ruta gastronómica por la cocina alemana me paré a comer en un Kentucky Fried Chicken. Hasta este momento estaba medianamente orgulloso de mi dominio del inglés. Me acerqué al camarero y haciendo gala de mi dominio del inglés pedí el menu y la bebida, el joven (que se llamaba Ahmed) destrozo mi autoconfianza cuando me respondió… en castellano, vale. La iglesia del Kaiser Wilhem II es un monumento interesante, es una iglesia casi completamente destruida por las bombas en la II Guerra Mundial ( o fue en la primera), junto a la que han construido dos edificios horribles que impiden que le puedas hacer una puta foto en condiciones. Enfilé la Kunfustendamm (en la que, repito, no había gente regalando VolDamms ni Estrellas Damm), que es una calle llena de tiendas, tipo Levis, Zara, etc… . Zara no fue la única referencia española que vi, por allí encontré también un Tapas Bar llamado "El Dorado", que viendo los precios de las tapas, no me extraña nada que fuera dorado. En está calle también vi como la grua se llevaba un coche, en Alemania amiguitos la grua no engancha el coche de un gancho y se lo lleva enganchado, no, ni siquiera lo suben a la grua enganchándolo por delante e inclinando la plataforma para que suba, tampoco, allí ponen un gancho en cada rueda y lo levantan en volandas, claro que si, con un par.
El día comenzaba a tocar a su fin, para acabar decidí que ya era hora de dejar de caminar y que me llevaran. Me monté en uno de los barquitos que dan una vuelta por el rio (con la consiguiente clavada) y me dieron una vuelta por la ciudad. Cuando llegamos al Berliner Dom hicieron una parada y yo me bajé a estirar las piernas, alli me di cuenta de la cara de berlinés que debo de tener ya que en poco rato dos señoras vinieron a preguntarme en aleman donde estaba la calle "nosequé", si hubiera sabido alemán les hubiera indicado mal, desgraciadamente no pude darme ese gustazo y les respondí en inglés. Justo antes de volver al barco me llamó Jorge Gay para quedar, li dije que si claro, que ahora mismo pillaba el avión y quedaba con él, alucinó un poco bastante cuando supo que estaba en Alemania y todavia no sabe muy bien que coño hacía allí. Volví a subir en el barquito, que por cierto pasamos por debajo del famoso puente de los ruiditos y de otro diseñado por Santiago Calatrava (que no se cual de los dos hermanos es, el feo o el feo que se parece a Mick Jagger), volví a meterme en el tren y vuelta al hotel. Esta vez si que me dio tiempo a cenar allí, otra especialidad alemana, rollitos de primavera. Esa noche en el bar-discoteca tocaba karaoke, tuve la lista de canciones en mi mano, pero al comprobar que no había ninguna de Pimpinela desistí, me bebi mi cerveza, sufrí con los berridos de la gente cantando en alemán y volví a la oscuridad de mi habitación, a ver si me encontraba las piernas ya que desde la mañana no me las sentia.
Puro_Trap. Gibt es einen Aufzug?.