Sonando: JANFRI GÜEIN (Mamá Ladilla)
"Más estirao que la Giralda,
marcando paquete hasta de espaldas.
Su manejo del revolver acompleja,
puede darle a un microbio entre las cejas.
Atraviesa en pelotas el desierto,
los malos ya le dan por muerto.
sobrevive papeandose los cactus,
con saliva fabricando TriNaranjus"
Hacia un montón de tiempo que no escribia ningún cuento de los mios, pero miren por donde con esto del Espacio Msn me he animado y he acabado uno de los miles de relatos incompletos que tenia en "el loto de la tolina" (tintero). No recuerdo muy bien como se me ocurrió esta historia, lo que si sé es que lo primero que se me ocurrió fué el final (como casí siempre). En principio tenia que ser una cosa muy corta y muy rápida, pero como siempre me empecé a enrollar y ha acabado saliendo una especie de crítica a ciertos tópicos de las pelis de acción americanas. Además me daba la oportunidad de poner arriba el tema de Mamá Ladilla "Janfri Güein" que también trata de eso y es absolutamente descojonante. Y ya está, no puedo decir mucho más sin destripar la parte final…, que no se si hará o no gracia, pero por lo menos es sorprendente.
JACK HILLEL 3
PANIC AT KARAOKE
El reputado productor musical Rick Slovak no podía creer lo que sus ojos contemplaban…
27 DE JUNIO. AÑO 2008
No era la primera vez que el sargento de la policía de Nueva York, Jack Hillel, tenia que salvar la Tierra de Grussen el conquistador. Este ser venido de otro planeta y con un aspecto semejante al de un gigantesco (3 metros) camaleón bípedo, se había atrincherado en La Casa Blanca y tenia al presidente y su esposa como rehenes. Desde que llegó a la Tierra, Grussen tuvo como máximo objetivo que la humanidad se postrara a sus pies y parecía que ahora lo iba a conseguir. Su otro gran objetivo (la eliminación de Jack Hillel), ya estaba conseguido, o por lo menos eso creía él. Los 4 langostinos mutantes no acabaron el trabajo y Jack sobrevivió, muy malherido, pero sobrevivió. Se recuperó en secreto y ahora estaba en La casa blanca aproximándose al despacho oval donde el monstruo del espacio exterior se encontraba. Ya había dado cuenta de los 4 malvados moluscos que intentaron matarle y se dirigía presto a acabar con los maléficos planes de Grussen.
En su mente flotaban los recuerdos de las dos ultimas veces que se tuvo que enfrentar a su archienemigo. La primera vez el gigantesco lagarto convirtió "La estatua de la Libertad" en una inmensa antena que tenía que guiar a miles de naves extraterrestres para destruir el planeta, Jack Hillel consiguió impedirlo volando la conocida estatua. La segunda vez, Grussen, instaló un láser megadestructor en la cima del Everest que apuntaba a Los Angeles, una vez más Jack frustró sus planes destruyendo el láser(el neoyorkino también dejó el Everest un tanto maltrecho, dejando este de ser el pico más alto del planeta). Por alguna razón que Jack no alcanzaba a comprender, a la CIA no le hacia mucha gracia que se ocupara del asunto de la Casa Blanca.
Un ruido tras una puerta hizo que el sargento Hillel despertará de sus pensamientos. La puerta era la del lavabo de señoras. Jack entró abriendo la puerta muy lentamente. Miró a su alrededor. A su izquierda había siete urinarios todos ellos con las puertas cerradas. Jack se dirigió al primero y abrió la puerta con su mano izquierda mientras apuntaba al interior con un Mágnum que sostenía en su derecha. Cautelosamente repitió la operación en todas las puertas apareciendo ante el sólo urinarios vacíos. Hasta que llegó a la ultima. La abrió más bruscamente que las otras con la seguridad de que si había algo o alguien en esos lavabos estaba tras esa puerta.
-¡!Aaaaaaaaaaaaaaaaah! –gritó la chica rubia que habitaba en el interior-.
Después de la impresión -que provocó que Jack diera un paso atrás- observo a Marsha, la rubia secretaria del presidente con la que Jack había comenzado un tórrido romance un par de días antes. La joven rubia tenía los ojos llorosos y le apuntaba con una pistola, cuando Marsha reconoció al sargento Jack Hillel soltó el mango de la pistola que quedó colgando en su dedo unas décimas de segundo para caer sonoramente al pulido suelo de los lavabos de la casa blanca. La rubia secretaria se avalanzó hacia un apasionado abrazo al fornido sargento seguido de un beso serpenteante.
-¡Oh, Jack!, cuanto miedo he pasado, pensaba que te habían matado y nunca más volvería a verte.
-Hacen falta algo más que 4 langostinos mutantes armados hasta los dientes para acabar con Jack Hillel, muñeca –no hace falta decir que Jack era ampliamente admirado en comisaría por su agudo ingenio a la hora de soltar frases brillantes en momentos delicados-.
Marsha le gustaba. La había conocido dos semanas antes cuando empezó este asunto y enseguida se manifestó una intensa atracción mutua. En cierto modo le recordaba a las otras dos mujeres que habían ocupado su vida. La primera su ex-mujer Tina, después de un accidentado matrimonio y una traumática separación volvieron a unir su vida cuando Jack le salvó la vida en el incidente de la estatua de la libertad donde ella trabajaba como guía. La unión fracasó una vez más por el mismo motivo que la primera vez; ella no soportaba a la familia de Jack (en especial a su padre, con aquellos dientes enormes, amarillentos y descolocados). La otra mujer que compartió su vida con Jack fué Helen la intrépida. Se conocieron durante el incidente del Everest cuando Helen ayudó a Jack en su espectacular escalada al monte más alto del mundo. Esta vez Jack no cometió el error de presentarle a su padre (ni al resto de su familia), aun así Helen acabó abandonándole porque no ayudaba en las tareas del hogar. Esta vez Jack no tendría el mismo problema, contrataría a una asistenta y su padre había muerto calcinado en un trágico accidente de avión. Evidentemente su cadáver pudo ser identificado gracias al examen dental.
En un par de minutos Jack se informó de la crítica situación. Marsha le contó como entró Grussen en el despacho oval atravesando la ventana y matando a los guardaespaldas. Después de eso y con la ayuda de los 4 langostinos mutantes había hecho desalojar el mítico edificio a excepción del presidente y su esposa y de ella misma. Después la enorme nave nodriza en la que el peligroso alienígena había llegado y que se mantenía suspendida justo sobre la cúpula de la Casa Blanca activó un sensor de movimiento que disparaba a cualquier cosa que se aproximará a menos de 1 Kilómetro. En un despiste del monstruo fué cuando Marsha huyó escondiéndose en el lavabo. Ella esperaba que en cuanto se dieran cuenta de su desaparición registrarían la Casa Blanca hasta darle caza. Lo cierto es que no andaba equivocada, en cuanto Grussen se percató de que faltaba la bella secretaria mandó a sus cuatro secuaces en su busca, pero no contaba con Jack al que daba por muerto. Casualmente Jack entró en el mismo instante en el que salían en busca de Marsha, sacó su cebo oloroso para langostinos (diseñado por el mismísimo Capitán Pescanova) lo que les atrajo hacia él, cosa que supuso la muerte sangrienta de los temibles extraterrestres. Ahora el factor sorpresa jugaba a su favor, Grussen no sabía que se había quedado solo, tampoco podía imaginar que alguien pudiera acceder al edificio, y mucho menos que ese alguien fuera el Sargento de la policía de Nueva York Jack Hillel.
Un sangriento colonizador de planetas con aspecto de camaleón gigante no se muestra nunca preocupado. Puede estarlo, pero nadie se dará cuenta, y Grussen el Conquistador estaba muy preocupado. Hacia más de dos horas que sus langostinos mutantes habian salido en busca de lo joven y atractiva Marsha y todavia no sabía nada de ellos. Los langostinos mutantes se habian revelado como un arma mortífera bastante mejor que los inútiles lagartos que llegaron con el a Nueva York en su intento de conquista a la estatua de la libertad y que el algo más inquietante Berberecho Canibal que le ayudó en su también fallido intento del Everest. Aún así en su momento Grussen pensó que ningún ser humano podría vencerles (lo mismo que piensa ahora de los Langostinos Mutantes), y hubo uno que lo consiguió. Eso es. El sargento Jack Hillel estaba vivo, esa era la única explicación. Y seguramente estaba muy cerca. Grussen afinó al máximo sus supersentidos de lagarto, no dejaría que Jack diera al traste con sus planes una vez más. ¡Un ruido!. Había alguién tras la puerta…, sin pensarlo dos veces (ni tres) Grussen el Conquistador disparó su laser de protones y voló la puerta en mil pedazos, acto seguido dió un tremendo brinco con sus poderosas patas atravesando el umbral y observó al Sargento Hillel y a la guapa Marsha inconscientes en el suelo con sus ropas hechas girones y parcialmente ensangrentados. Rapidamente agarró a la joven secretaria, que a causa de la explosión dejaba a la vista una generosa parte de su anatomia quedandose con la tela justa para tapar sus partes pudendas.
Dolor. Mareo. Confusión. el Sargento Hillel se incorporó como pudo de entre los cascotes de la destrozada pared del despacho oval. Su plan había fracasado. Era uno de esos planes "marca de la casa" que nunca solian fallar. Jack habia puesto una bomba "Protomegatómicadelahostia" que estallaria en 25 minutos. Entraria al despacho y trataria de vencer al malvado Grussen mientras Marsha aprovechando la distracción que le proporcionaba la batalla sacaría de allí al presidente y su esposa que estaban retenidos como rehenes. Jack debía de darse prisa en vencer al lagarto alienígena o él también moriria en la explosión, de todas maneras ese era su deber y no se le ocurria mejor manera de morir que dar la vida por el presidente de los Estados Unidos (a pesar de que él había votado a los demócratas y el presidente era republicano).
¡22 Minutos!, sólo le quedaban 3 para salvar la vida de los 2 rehenes y la suya propia. Con un rápido movimiento (fruto de los años de duro entrenamiento que le proporcionara la policia de Nueva York) desató al presidente y su esposa…
-¡Gracias Sargento!…, no sabe cuanto…
-No hay tiempo para explicaciones presidente -dijo Jack con un tono cortante-
Sin más dilación el veterano policia agarró a los recién liberados y saltó con ellos en brazos atravesando una ventana del despacho oval que se quebró en millones de diminutos cristales, cayendo en un contenedor de basura que estaba situado justamente debado de aquella ventana. Una verdadera suerte, teniendo en cuenta que cayeron en el centro esquivando así un posible golpe letal contra los bordes del contenedor, también tuvieron la fortuna de que el contenedor era de papeles y plásticos sin que hubiera ningún residuo metálico susceptible de incrustarse en el cuerpo de alguién provocando graves heridas e incluso el azar les sonrió cuando ninguno de los millones de cristales que cayeron al vacio junto a ellos les provocaron nada más grave que algún leve corte. Sin dar un segundo de respiro Jack Hillel sacó a sus palidecidos compañeros de caida del contenedor y huyó corriendo junto a ellos mientras la Casa Blanca volaba por los aires justo detrás lo que les provocó una espectacular caida que -milagrosamente- acabó con sólo algún leve rasguño. Jack volvió a incorporarse rapidamente sangrando por todas partes y con la ropa sucia y casi totalmente destrozada (curiosamente los caros trajes del presidente y la primera dama sólo tenian alguna mancha) y corrió en busca del camaleón intergaláctico que habia huido llevandose a la mujer que amaba en esos momentos. Jack montó en una de las motos (una Harley) que estaban aparcadas en la puerta de lo que quedaba de la Casa Blanca y arrancó levantando la rueda delantera en su alocada salida. El rastro no era muy difícil de seguir, coches destrozados, bocas de riego arrancadas que escupian agua a borbotones… . En pocos minutos alcanzó al gigantesco lagarto que huia con grandes zancadas y que al percatarse de la presencia del Sargento Hillel corrió hacía un oscuro callejón y desapareció tras destrozar una puerta que dabá a un local. Jack paró la moto en el callejón y entró corriendo con su Magnum en mano através del umbral sobre el que brillaba el letrero "KARAOKE". La caza estaba apunto de finalizar.
Grussen se paró y se dió unos segundos para procesar la situación. Delante de él habia decenas de personas repartidas en mesas repletas de vasos (en su mayoria semivacios) mirándole con una expresión entre aterrorizada y sorprendida. Además se había parado justo en el escenario con lo que la visión que tenía el público asistente era más que privilegiada.
-¡Detente maldito lagarto alienígena!
Grussen reconoció al instante la voz que sonó a sus espaldas, lentamente con una mano levantada y la otra sujetando a Marsha se volvió.
-Hillel…-La fortuna hizó que ambos estuvieran parados justo delante de un micrófono con lo que toda la concurrencia escuchaba sus palabras.-, al fin cara a cara.
Jack sujetaba con pulso firme su magnum apuntando a la cabeza del alienígena.
-Esto se ha acabado Grussen…
Y no le faltaba razón, las cosas pintaban muy mal para Grussen el conquistador. Tenía que pensar un plan, que le sacara de allí, luego acabara con Jack Hillel para después postrar al mundo a sus pies. Necesitaba más que nunca de su superior inteligencia alienígena.
-Suelta a la chica
Aunque nadie prestaba atención una música habia comenzado a sonar hacia unos segundos, sin duda un tema que alguién había pedido antes de la interrupción de aquella épica batalla. El ojo derecho de Grussen estaba clavado en Jack, mientras que el izquierdo (que funcionaba de manera independiente) escrutaba cada rincón en busca del plan salvador. Momentaneamente se clavó en la pantalla donde aparecian unas letras blancas que de repente y al compás de la canción fueron coloreandose de azul claro…
–Hace dos años y un día que vivo sin él, Hace dos años y un día que no lo he vuelto a ver, Y aunque no he sido feliz aprendí a vivir sin su amor, Pero al ir olvidando de pronto una noche volvió…-dijo Grussen ante el estupor general, y continuó…-
-¿Quien es?
Como activado por un resorte, Jack Hillel que también miraba la pantalla respondió…
-Soy yo…
Y continuó Grussen alzando un poco la voz…
-¿Que vienes a buscar?
-A ti –respondió Jack con un leve temblor en su ruda voz-
-Ya es tarde
-¿Por qué?
-Porque ahora soy yo la que quiere estar sin ti…-llegado a este punto Grussen ya estaba entonando perfectamente y su voz se iba aflautando por momentos-, Por eso vete, olvida mi nombre, mi cara, mi casa, Y pega la vuelta
El sargento Hillel en un alarde de improvisación dió una pequeña vuelta sobre mi mismo de lo más teatral y continuó entonando con voz firme y segura…
-Jamás te pude comprender…
El público que hasta hace unos minutos vivia la escena atemorizado estalló en un sonoro aplauso con el que liberó la tensión del momento, y continuó completamente entregado hasta que finalizó la canción proporcionando a Grussen y Jack una espectacular ovación mientras los dos mortales enemigos se mantenian uno delante del otro mirandose con una mezcla de estupor, satisfacción y casi admiración mutua.
Aquella noche tenia que ser tranquila. Rick Slovak estaba acostumbrado a salir de juerga con algunos de los músicos más famosos del mundo, y había visto de todo en esas locas salidas. Pero esa noche no esperaba nada, sólo era una cena con un par de compañeros del estudio de grabación, uno de los cuales se empeñó en acabar en un Karaoke. Nadie esperaba que un rudo policia ensangrentado y semidesnudo interpretara un tema de Pimpinela a duo con un monstruoso lagarto espacial que sujetaba en una mano a una preciosa chica también semidesnuda e inconsciente. Lo más sorprendente, es que aquel duo, con sus terribles voces y su aspecto completamente antiestético poseia una magia especial que atrapó al público de aquella noche. Rick confió en su olfato (nunca le fallabá), y se acercó a los dos improvisados cantantes que todavia se resistian a perder su posición de pelea…
-Chicos, tengo una proposición para vosotros…
26 DE AGOSTO. AÑO 2027.
Casi 20 años habian pasado desde aquella mágica noche en el Karaoke en la que cambiaron las vidas de todos los presentes. Rick contemplaba entre bambalinas el escenario que se había improvisado en Central Park con motivo del concierto homenaje que Grussen iba a brindar a Jack Hillel, recientemente fallecido en circunstancias poco claras. A nadie se le escapaba que los abusos de diferentes substancias tenian algo que ver con esta muerte. La tristeza del momento atraia hacia, el ya anciano Rick, los recuerdos de 20 años al lado de sus dos pupilos favoritos. Recordaba como aquella misma noche de Junio del 2008 firmó un contrato con Jack Hillel y Grussen el Conquistador para grabar un disco. Grussen evidentemente ingresó en prisión, pero la condena fué simbólica gracias a los poderosos abogados de "Slovak Records". En cuanto el alienígena salió de prisión, Jack y Grussen grabaron su primer disco que presentaron en un Madison Square Garden lleno a rebosar. Durante los 19 años de carrera el duo grabó 14 discos, 3 de los cuales están entre los más vendidos de todos los tiempos, y el resto repartidos entre los 30 primeros puestos. Consiguieron 31 grammys y millares de premios menores actuando alrededor del mundo ante millones de personas. Sin duda Grussen y Jack fueron el grupo musical más importante de la historia de la música. Pero no todo fué tan bonito. Ambos fueron tan conocidos por su música como por sus escándalos. Famosas eran sus orgias multitudinarias y sus continuos abusos con las drogas, que afectaron especialmente a Jack ya que la anátomia alienigena de Grussen le hacia inmune a los efectos dañinos de estas substancias. Nadie lo hubiera dicho cuando poco después del incidente del karaoke, Jack y Marsha contraian matrimonio (con Grussen como padrino). Un año después Marsha habia pasado de ser una hermosa e inteligente secretaria a convertirse en una zorra yonky que acabó prostituyendose en la calle cuando Jack la apartó de su lado. Dicen las malas lenguas que fué Grussen el que empujó a Jack a la perdición cuando Marsha desapareció de su vida, pero Rick no queria creerlo, los tenía por los dos mejores amigos del mundo. En ese momento, una atronadora ovación interrumpió sus pensamientos.
-¡Hola Nueva York!, ¡Hola Mundo! –gritó el terrible camaleón alienígena-
Miles de personas contemplaban a Grussen en directo, y miles de millones más seguian el concierto que era televisado en todos los paises del planeta. Grussen parecia más pletórico que nunca, trás la desaparición de Jack él era el único y más grande músico del mundo. Aquella noche, la humanidad estaba postrada a sus pies.
Puro_Trap. Contrapunto Cómico